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LA FERIA DE FUENTE PALMERA HACE 100 AÑOS PERSPECTIVA Y COMENTARIOS
Tiene Córdoba cuatro estaciones: Invierno, Verano, la de trenes y la de autobuses. Parece que este año experimentamos una cansina ola de calor que se vuelve pegajosa como papel de matamoscas y no se quiere ir por muchos aparatos de refrigeración que compremos. En realidad aquí en el valle del Guadalquivir estamos más que acostumbrados a la canícula a estas alturas del calendario, y si bien Écija es la sartén de Andalucía, los colonos no debemos estar muy lejos del fogón, porque cierto es que somos los más “tontillos” para esto de las altas temperaturas. La proximidad al río, la orografía del terreno, el tipo de cubierta vegetal, la ubicación geográfica, las olas de aire africano, la influencia del complejo solar… da igual las razones que se aludan, la realidad es que el verano lo soportamos entre sofoco y sofoco, y dando gracias del clima seco de la campiña, ya que por la falta de costumbre, cuando padecemos estas temperaturas combinadas con la humedad de las zonas de playa, poco más podemos hacer que abrir la boca como “pajarillos asfixiados”. Eso cuando tenemos la suerte de escaparnos a la playa, claro. ¡Qué bonita es Málaga en esta época!
Pues bien, no se trata de hablar aquí hoy de la/el calor (no exclusivamente), tema al parecer obligado, sino de otro de los asuntos habituales que nos suele ocupar por estas fechas, como lo son las ferias. Me gustaría rescatar en esta ocasión una interesante noticia sobre la celebración, justo ahora, de la feria de Fuente Palmera hace 100 años. Es curioso el efecto que producen las fechas redondas sobre las personas y cómo se veneran con festividades y eventos varios; supongo que es una excusa más para despertar el ansia social, recordar el origen de acontecimientos históricos y tributar hechos que merezcan formar parte del acervo popular. De ahí celebrar cumpleaños, aniversarios institucionales o personales, periodicidad de distintas festividades a lo largo del año, etc. Seguro que hay muchos y buenos libros de Antropología Social que pueden alumbrarnos sobre estos temas que por falta de tiempo e instrucción en la materia no vamos a extender ahora.
Nos centraremos en la feria de La Colonia, que como muchas otras tiene un por qué en su origen, basta un mero vistazo en Wikipedia y advertiremos:
“Inicialmente las ferias fueron un fenómeno económico surgido en la Europa Occidental de la Baja Edad Media, en una coyuntura expansiva del feudalismo, en la que las que las ciudades…”
¡Para! ¡Para! Que nos estamos yendo muy atrás y se nos va el artículo de las manos. Vamos a avanzar un poco, esta vez buscando “ferias de Andalucía” nos acercamos más al origen del concepto actual de feria:
“Las ferias andaluzas tienen especial significación por los elementos culturales específicos que aportan a la cultura e idiosincrasia andaluza; tanto los heredados de las ferias originales, de origen ganadero y religioso; como los añadidos por ciertas celebraciones más recientes con motivación diversa (como las Fiestas Colombinas de Huelva dedicadas a la relación con Iberoamérica)”
Ahí lo tenemos: el origen ganadero o religioso. Parece ser que en nuestro caso pudiera ser más del primero que del segundo aunque sin nada en firme que lo corrobore todo son especulaciones. Tal vez simplemente se creara la festividad por mera repetición de lo que se venía haciendo en las localidades cercanas (Palma del Río, Écija, etc.) aunque el origen de ferias de ganado es lo más lógico.
De un modo u otro, indagando un poco por las distintas fuentes digitales disponibles podemos comprobar que, a falta de que alguien más sagaz lo desmienta, la feria de Fuente Palmera pudo surgir hace unos 143 años (mínimo), pues ya se tiene conocimiento de ella en los periódicos de la época.
El-Imparcial-(Madrid.-1867).-10-8-1872
“En Fuente Palmera (Córdoba) se ha creado una nueva feria, que se celebrará el 20, 21 y 22 de este mes. Hay aguaderos, encinas que dan sombra, y por este año no se cobrará cantidad alguna por los asientos de los puntos públicos.“
Esta aparición en el Diario El Imparcial, el 10 de Agosto de 1872, da a entender que la feria de Fuente Palmera se creó como tal en 1872, si mal no entendemos los términos, quedándonos la duda de si tenía lugar anteriormente algún otro evento de importancia en los meses de verano por estas tierras (feria de ganado, exposiciones, reuniones vecinales, fiestas de colonización, etc.). Ese adjetivo “nuevo” que refleja el recorte periodístico, puede ser específico, con lo cual sería el origen de la fiesta, o epíteto, indicando que se trata de una edición más de este folclórico evento que se repite anualmente o con otra frecuencia. Que juzgue el sabio lector.
Sea como fuere, avanzamos ediciones feriales y nos situamos en 1915 donde encontramos la siguiente noticia en el Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos. Año LXVI Número 20094 (13/08/1915). Aquí está el meollo del artículo y aquí nos detendremos a hacer un pequeño y modesto análisis de lo que fue la feria de la localidad hace 100 años y las posibles comparaciones con la actualidad para sacar conclusiones históricas y culturales.
“La feria de Fuente Palmera
En los días 28,29 y 30 del corriente se verificará la feria de Fuente Palmera, con arreglo a un variado programa de festejos.
Todos los días, por la mañana, la banda de música interpretará escogidas composiciones en el Real de la feria.
Se celebrarán tres novilladas, en las que actuarán notables diestros.
En la plaza de la Constitución habrá notables funciones de fuegos artificiales con variados globos y figuras luminosas.
Durante las tres noches, bailes populares y vistosas iluminaciones eléctricas y a la veneciana.
Se concederán premios a la virtud y al trabajo.
Se han organizado cucañas y carreras de cintas.
En la plaza de la Constitución se instalará un cinematógrafo público.
En el Teatro de Verano actuará una notable compañía de zarzuela y también habrá funciones de variedades y circo ecuestre.
En el Real de la Feria hay abundantes pastos y extensos abrevaderos para que el ganado pueda estar en las mejores condiciones. Todos los puestos e instalaciones que se hagan en el Real de la Feria están sipensados de impuestos.”
Esta feria de hace 100 años, que se celebró algo más tarde de lo habitual (28, 29 y 30 de agosto), contaba con banda de música los tres días por la mañana. Podríamos relacionar este hecho con la sonada Diana que se suele llevar a cabo el día de Víspera de las ediciones actuales. En otros textos relativos a ediciones de ferias de esta época describen que la banda de música pertenece a Écija, hecho que aún hoy se repite en algunas ocasiones.
Es también curioso el término “el Real”; consultando en la RAE esta acepción del término vemos que se entremezcla entre otras tantas y viene a decir algo así: “Campo donde se celebra una feria” con lo cual se podría decir que además de la Plaza de la Constitución en aquella época había otra zona para la celebración parcial de la feria, probablemente cercana al punto de celebración de las novilladas y eventos similares. Hoy día “el Real” se podría considerar la zona histórica de la localidad, la calle Portales, plaza y calles conectadas, si bien es cierto que en muchas ocasiones se han habilitado zonas para otras actividades de feria: casetas de la juventud, zonas en los ruedos para actividades a caballo o con galgos, plazas de toros portátiles, etc.
Las novilladas no pudieron faltar en aquella época, cuando el mundo de la tauromaquia contaba con mayor número de seguidores y al parecer mayor prestigio del que cuenta hoy. Esta costumbre se ha perdido en la localidad, aunque no hace falta ser muy longevo para recordar las últimas veces que arribaron los camiones cargados de ganado listos para ser lidiados por toreros (y valientes aficionados).
La costumbre de los bailes por la noche tampoco varía en exceso puesto que las orquestas aún hoy se encargan de hacernos “mover el esqueleto” cada noche de feria. Sí es más curioso lo de las iluminaciones eléctricas y a la veneciana. Las primeras la conocemos de sobra, la única modificación surgida en los últimos años en muchos pueblos al respecto es el uso de bombillas LED y de bajo consumo por razones obvias. Las segundas, las venecianas, nos servimos de nuevo de la RAE: “a la veneciana, dicho de iluminar en festejos: Con gran profusión de faroles de colores vistosos.”. Este tipo de iluminaciones a base de farolillos y gas acetileno parece que están en desuso (por lo del gas acetileno) aunque se siguen usando los farolillos ornamentales y guirnaldas de diferentes tipos.
Se concedían premios a la virtud y al trabajo, lo cual nos trae a la mente el reconocimiento que se hace en estas fechas a los alumnos con el mejor expediente académico (Día de la presentación de actividades de feria) en tanto en cuanto el día de La Colonia (5 Julio) ya se encarga de reconocer a colonos ilustres por otros motivos. Motivos que por otra parte, y todo sea dicho ya de paso, son causa de constantes conversaciones tanto vecinales como políticas, pues parece que en los últimos años no hay consenso sobre las correctas directrices formales y morales a seguir para la concesión de tales galardones (sirva esto de apunte informativo y nunca para desmerecimiento de los agraciados).
Las carreras de cintas y cucañas tampoco nos resultan extraños, si bien parece que lo de la cucaña lleva años sin practicarse, al igual que otras divertidas actividades como la del “cerdito enjabonado” o el juego del porrón, recuperado este año en Silillos. Lo que sí resulta curioso es lo del cinematógrafo público en la Plaza de la Constitución. Debía ser un espectáculo para aquellos ojos poco acostumbrados poder ver imágenes proyectadas en movimiento saliendo de una caja misteriosa. Mucho ha avanzado la tecnología hasta tal punto que tocando una pantalla que llevamos metida en el bolsillo (Smartphone) podemos ver videos en multitud de colores y calidades.
Nos desconcierta el Teatro de Verano que presencia la zarzuela y donde hay funciones de variedades y circo ecuestre. Debiera de tratarse de algún tipo de recinto con gradas o asientos públicos donde se llevaran a cabo estas actividades. Esta si es una costumbre desplazada por el paso del tiempo.
Por último, además de animar a los feriantes ambulantes eximiéndolos del pago de tasas, se anuncia que el Real de la Feria cuenta con pastos y abrevaderos abundantes. Para entender la importancia de esta afirmación debemos situarnos en aquella época y pensar que los principales medios de transporte eran los impulsados por bestias, con lo que los vecinos de las aldeas de La Colonia y los de localidades vecinas en su mayoría llegarían presumiblemente en estos “vehículos”, además, por supuesto, de a pie. De ahí también la importancia de las ferias de ganados, que si bien en esta de 1915 no se proclama, en otras ediciones sí que hay prensa que la asocia a la feria real de agosto de la localidad.
Parece que 100 años no son suficientes para borrar la idiosincrasia de unas fiestas que siguen siendo un hito esperado a lo largo de todo el año en cada localidad. Son muchas las similitudes, salvando las distancias, que se mantienen. Si bien los tiempos cambian y la percepción que tenemos de la feria va cambiando a lo largo de nuestra madurez, no es poco cierto que siempre queda la ilusión de ver caras conocidas, reírse un poco de la vida, olvidar las pestes que suelta la tele a diario y ver con ojos de niño como un pueblo se une para divertirse juntos unos días al año.
Porque no cambias el titulo cuando son 143 años.
ResponderEliminarHola Paco, el artículo se centra en la noticia de los 100 años por ser una fecha redonda y por ser la noticia más extensa. Ya el año pasado Francisco Tubío reflejó en sus escritos esta noticias.
EliminarDecidí añadir también la noticia de feria de hace 143 años porque venía a colación. Es verdad que puede parecer más importante la de 143 años que la de 100 atrás por fecha de antigüedad. Eso ya lo dejo a decisión del lector. Si es verdad que por su extensión la de 100 años da más juego para su comentario. Un saludo y gracias
Por otro lado os felicito por el artículo magnífico si señor
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