martes, 17 de marzo de 2015

Aurora, El Tamujar, Utrera

Esta semana voy a comentar la excursión a Utrera con la Asociación de Mayores de Silillos, “El Tamujar”, donde hice la función de guía acompañante, junto con Jesús Alinquer, el educador social de la asociación.

El viaje estaba dentro del programa “Utrera Puertas Abiertas”, que es un programa a través del cual se pueden descubrir varios enclaves turísticos de esta localidad.

Partimos a las 9 de la mañana desde Silillos y en el autobús, repartí unos folletos turísticos que he realizado para la excursión, con una síntesis de la historia y principales atractivos de Utrera, y el horario de la excursión, así como otros que nos proporcionó el ayuntamiento de Utrera, con varios planos.
Cuando llegamos a la ciudad, pudimos admirar “La Puerta de la Villa”, antigua puerta de entrada a la ciudad. También pudimos ver varias plazas, y la Oficina de Turismo, donde nos atendieron muy bien y nos informaron de los emplazamientos turísticos de la localidad.

A continuación pasamos a ver la capilla sacramental de la Parroquia de Santa María y también la de San Francisco. Aquí, como en el resto de lugares que visitamos después, pudimos contar con las explicaciones de los guías turísticos que estaban trabajando a través del programa “Emple@joven”, al igual que yo, en el programa de fomento del turismo de Utrera. Además pudimos deleitarnos con la visita al Hospital de la Santa Resurrección de Utrera, que es bastante amplio y cuenta con una original historia.

Al mediodía, visitamos una pastelería para degustar algunos de los dulces más típicos de Utrera, como los mostachones, las lenguas de nata o las bizcotelas, donde el dueño nos explicó la historia y elaboración de estos dulces.
Posteriormente visitamos el Castillo, donde disfrutamos de unas maravillosas vistas de la ciudad, y el Ayuntamiento de Utrera, con sus magníficos salones, alemán, pompeyano, chino y árabe.

La comida transcurrió en el restaurante “La Perla, Casa Curro”, donde probamos especialidades como las rebanadas de pan frito con jamón, típicas de Utrera y donde nos ocurrió una anécdota; un panadero que estaba comiendo casualmente en el restaurante, nos regaló pan, para que hiciéramos esta receta en casa, además de “regañas”.

Después de la comida, fuimos al santuario de la Virgen de la Consolación, con una decoración mozárabe que sorprende al entrar; donde pudimos visitar el camarín de la virgen y tomarnos algo en el amplio parque aledaño.
La experiencia ha sido muy enriquecedora para mí, ya que estoy adquiriendo experiencia como guía turística y espero que también fuera enriquecedora para todos los que la realizaron.


Por último dar las gracias a la asociación de Mayores y en especial a Jesús por contar conmigo para esta actividad. 

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