Esta
semana voy a comentar la excursión a Utrera con la Asociación de
Mayores de Silillos, “El Tamujar”, donde hice la función de guía
acompañante, junto con Jesús Alinquer, el educador social de la
asociación.
El
viaje estaba dentro del programa “Utrera Puertas Abiertas”, que
es un programa a través del cual se pueden descubrir varios enclaves
turísticos de esta localidad.
Partimos
a las 9 de la mañana desde Silillos y en el autobús, repartí unos
folletos turísticos que he realizado para la excursión, con una
síntesis de la historia y principales atractivos de Utrera, y el
horario de la excursión, así como otros que nos proporcionó el
ayuntamiento de Utrera, con varios planos.
Cuando
llegamos a la ciudad, pudimos admirar “La Puerta de la Villa”,
antigua puerta de entrada a la ciudad. También pudimos ver varias
plazas, y la Oficina de Turismo, donde nos atendieron muy bien y nos
informaron de los emplazamientos turísticos de la localidad.
A
continuación pasamos a ver la capilla sacramental de la Parroquia de
Santa María y también la de San Francisco. Aquí, como en el resto
de lugares que visitamos después, pudimos contar con las
explicaciones de los guías turísticos que estaban trabajando a
través del programa “Emple@joven”, al igual que yo, en el
programa de fomento del turismo de Utrera. Además pudimos
deleitarnos con la visita al Hospital de la Santa Resurrección de
Utrera, que es bastante amplio y cuenta con una original historia.
Al
mediodía, visitamos una pastelería para degustar algunos de los
dulces más típicos de Utrera, como los mostachones, las lenguas de
nata o las bizcotelas, donde el dueño nos explicó la historia y
elaboración de estos dulces.
Posteriormente
visitamos el Castillo, donde disfrutamos de unas maravillosas vistas
de la ciudad, y el Ayuntamiento de Utrera, con sus magníficos
salones, alemán, pompeyano, chino y árabe.
La
comida transcurrió en el restaurante “La Perla, Casa Curro”,
donde probamos especialidades como las rebanadas de pan frito con
jamón, típicas de Utrera y donde nos ocurrió una anécdota; un
panadero que estaba comiendo casualmente en el restaurante, nos
regaló pan, para que hiciéramos esta receta en casa, además de
“regañas”.
Después
de la comida, fuimos al santuario de la Virgen de la Consolación,
con una decoración mozárabe que sorprende al entrar; donde pudimos
visitar el camarín de la virgen y tomarnos algo en el amplio parque
aledaño.
La
experiencia ha sido muy enriquecedora para mí, ya que estoy
adquiriendo experiencia como guía turística y espero que también
fuera enriquecedora para todos los que la realizaron.
Por
último dar las gracias a la asociación de Mayores y en especial a
Jesús por contar conmigo para esta actividad.
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